viernes, 30 de abril de 2021
EL FLAUTISTA DESNUDO
martes, 27 de abril de 2021
MIS AVENTURAS CON MAYTE
Mientras me visto para irme veo como pones mi foto en la pared, junto a los cientos de amantes desnudos y erectos que decoran tus muros, donde apenas cabe nada más. Nos damos un profundo beso deseándonos una buena semana. Te adoro Mayte, mujer extraña y lasciva, adoro estar desnudo en tu pared junto a tus amantes, todos locos por ti.
lunes, 26 de abril de 2021
LAS LECTURAS ERÓTICAS DE MAGALI
Cada día, aunque fuera sólo un momento, Magali se refugiaba en la buhardilla de su casa abrazada a la lectura. En el silencio y tranquilidad de ese espacio, vacío de cualquier tipo de mobiliario salvo un enorme espejo y un baúl, devoraba uno tras otro sus libros preferidos, siempre de literatura erótica: Anaïs Nin, El Marqués de Sade, la colección de libros La Sonrisa Vertical… todos los autores conocidos y desconocidos pasaban y paseaban por sus manos y sus ojos. Antes de comenzar la lectura, como en un ritual iniciático, se despojaba de sus ropas, las guardaba en el baúl y de allí sacaba las hojas que iba a leer. Sentada en el suelo, frente al espejo descolgado de la pared, en la más absoluta desnudez, leía con fruición mientras se acariciaba su sexo en los momentos álgidos y veía en el reflejo de su imagen el fluir de su miel más íntima.La sofisticación y placer de aquellos momentos eran tan intensos que apenas deseaba nada más. Le gustaban y atraían también los placeres del contacto carnal, pero esta sexualidad privada había llegado a tal grado de autosatisfacción y erotismo que apenas necesitaba el contacto real.
Acabada la lectura se tocaba con mayor intensidad, saltando, danzando por la habitación, tumbándose y revolcándose por el suelo, abriendo y cerrando brazos y piernas, acariciando sus pechos, caderas, muslos y sexo. Los orgasmos se sucedían en cadena, hasta caer rendida. Controlaba maravillosamente todos los resortes de la imaginación y la masturbación.
Estos actos de onanismo los realizaba dos veces al día, en los momentos de mayor intimidad. Cada noche, antes de dormir, completamente desnuda, tomaba de nuevo su libro y recogida en la cama leía concentrada hasta sentir como su sexo comenzaba a humedecerse. Entonces, al sentir los primeros jugos, abandonaba la lectura y tumbada boca arriba se abría los labios para acariciar el clítoris, primero suavemente, luego con más fuerza, con la habilidad de quien sabe bien lo que hace, hasta llegar al gigantesco orgasmo que daba paso a un sueño placentero y descansado.
Y así pasaba sus días, feliz, satisfaciendo mente y cuerpo.
NUBE DE HARINA AZUL
Recuerdo la mirada al recibirme y los aromas que desprendía su cuerpo. Tomó mi mano llevándome a una hermosa estancia tenuemente iluminada. Era grande y abigarrada, repleta de telas suaves, envolventes y cálidas. En el centro había un enorme cuenco lleno de cerezas, coloradas y brillantes; me pidió que las probara después de lavar mis dedos en un cuenco más pequeñito. Después se desnudó y me desnudó, lavó mi cuerpo con paños de terciopelo humedecidos en agua de azahar y me introdujo en su estancia más íntima, en el ansiado y desconocido dormitorio. Nos tumbamos en la cama envueltos en caricias. Cada rincón de su cuerpo olía a diversas flores, su cabello a jazmín, sus pechos a rosas y su sexo a lavanda. Hicimos el amor de una manera inexplicable con palabras y al acabar nos envolvió una niebla cálida, como una densa nube de harina azul. Mi mente quedó nublada y cuando conseguí incorporarme, recostándome en la cama, ella había desaparecido. Quedé largo tiempo en esa posición, expectante, hasta que decidí salir.
Me encontraron mis amigos, desnudo y confuso, arrodillado junto a la puerta de Flavia Angélica.

